Y, como estaba previsto, al menos el gran merito de la crisis mundial es habernos puesto nuevamente a la orden día el asunto de las luchas y confrontaciones en la marcha de la historia. En efecto, en medio de los avatares de esta crisis, realmente es imposible ocultar esta situación. Por eso, contra todos los vituperios, la lucha de clases hoy se vuelve más actual que nunca (recuérdese, incluso, “El Capital” batió record de ventas en Alemania). Y, las muestras no solo están en el gran avispero de Eurasia, sino, mil veces más, en las sacrificadas luchas que sostienen los pueblos en vastas regiones del planeta ahora encubiertas como guerras de etnias y religiones, sobre todo, muy sangrientas después del 11 de septiembre de 2001. El ahondamiento de la crisis empeora esta situación y consecuentemente conduce a una grave desestabilización mundial.
Por lo pronto, hemos podido visualizar, que las tres semanas anteriores han estado caracterizadas por insistentes rumores que circularon en la prensa internacional referentes a la vigencia o no del dólar como moneda de reserva internacional. En efecto, el 05 de octubre el periódico “The Independent” de Inglaterra lanzó la noticia que Rusia, China, Japón, Francia y algunos países árabes habrían estado reuniéndose para suplantar el dólar en las transacciones del petróleo por una ciesta de monedas (1). En realidad no debería sorprendernos éste tipo de reuniones en una coyuntura tan conflictiva como la que hoy vivimos. Pero, de hecho, esta noticia corrió como un reguero de pólvora. Hizo tambalear a las secciones que manejan los hilos invisibles de poder mundial, los centros de especulación y las bolsas de valores. Son reuniones en la sombra que, de una u otra forma, estremecieron fuertemente occidente. En si, parece que la contienda mundial ingresa a una nueva etapa de su historia.
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