El sistema imperialista está siendo remecido de raíz. Huracanes de conflictos lo sacuden. Hay dos hechos de resonancia mundial que, entre la base económica y la superestructura política, se combinan perfectamente y esos son la tormenta en las bolsas de valores (24 de agosto de 2015) y el derribo, prácticamente, vaporización de un F-16 de la criminal fuerza aérea israelita-estadounidense el 21 de agosto de 2015 en (según el traductor google, Mazza AB al pie de la montaña Qaasiyoon) al oeste de Damasco nada menos utilizando un S-300 de fabricación rusa (1). Con esto definitivamente estamos en una coyuntura de lo más histórico solo comparable a aquellos en que emergían nuevas sociedades o caían grandes imperios.
Y, en esto la historia es muy clara, sobre todo, con los poderes mundiales que medio asombrados y embobados no entienden porque los robots con los que mecanizan sus fábricas no aumentan sus ganancias ni eliminan las crisis económicas, advirtiéndoles: “¿Acaso habéis olvidado que los robots carecen de estómago, ahora quién consumirá vuestros productos si habéis despedido al elemento central (clase obrera) de vuestro vetusto sistema?”
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http://www.aporrea.org/internacionales/a213077.html