Es sumamente preocupante lo que ocurre en la península coreana. Las amenazas del letal imperialismo estadounidense contra la RPDC han sido extremadamente graves. El 8 de agosto de 2017 el presidente estadounidense, Donald Trump, lo amenazó con “un fuego y una furia nunca vistos en el mundo”. Al día siguiente (9 de agosto de 2017) la amenaza provino del Secretario de Defensa, James Mattis, que dijo dirigiéndose al líder de la RPDC, Kim Jong-un: “Deje de plantear acciones que conducirían al fin de su régimen y a la destrucción de su pueblo”.
Cierto, la guerra informativa últimamente ha sido enorme. Hemos dicho en varias ocasiones que la retóricanazi del “miente, miente que algo queda” había sido largamente superado por el fascismo estadounidense. La demonización del pueblo norcoreano ha sido monstruosa. En realidad el imperialismo estadounidense está en graves aprietos. Son aprietos históricos. Sencillamente no sabe cómo contener a la RPDC.
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