Ciertamente, el sistema capitalista cruje. Las burguesías avanzan entre borrachas y abrazadas entre los filos de los más siniestros precipicios. El ruido que se escucha de entre aquellos precipicios es
similar al arrastre de las cadenas de los condenados en su paso al patíbulo. Solo que, en este caso, el condenado que avanza al patíbulo, es el sistema capitalista. La gran crisis económica trastabilla a las
tres más grandes burguesías del momento: China, Estados Unidos y Rusia. Sus contradicciones están
extremadamente encendidas, pero, inmisericordemente acogotadas por el equilibrio estratégico. Sus
preocupaciones son enormes por el alzamiento de los pueblos al influjo de la brutalidad de la opresión y la nueva ola de la lucha de clases que está abriendo el proletariado. Observan que el odio y la cólera hacia ellas, particularmente, hacia la burguesía estadounidense, ahora es al cien por ciento. Entonces, sienten que sus perspectivas son muy inciertas.